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Los Probióticos ya han demostrado, en los estudios publicados, que tienen la habilidad de ayudar a aliviar los síntomas de alergias (Noticia en inglés). Ahora se puede decir lo mismo con seguridad en cuanto a la salud mental.
Varias investigaciones exhaustivas en cuanto a los microbiomas humanos han revelado que la diversidad en ciertas especies de bacterias en el sistema digestivo pueden ayudar, en ocasiones hasta de manera significativa, con la mayoría de los desórdenes mentales comúnmente diagnosticados como la ansiedad, la depresión o en TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático).
Esto incluye involucrar el trabajo realizado por American Gut Project, quienes poseen la colección más grande del mundo de muestras de microbiomas —más de 11.000— para uso de investigaciones científicas. Los descubrimientos de este proyecto, a pesar de ser netamente observacional, sugiere que la diversidad bacteriana y variedad grande en el sistema digestivo tiene la capacidad de mejorar una variedad de síntomas depresivos.
En un estudio publicado recientemente en el journal Nutrition, científicos iraníes han encontrado que los marcadores de depresión fueron reducidos al tomar suplementos probióticos que contenían particularmente en microbionas llamados lactobacillus casei y lactobacillus acidophilus.
En este pequeño estudio aleatorio, doble ciego, con placebo controlado, 40 personas con desorden de depresión mayor consumieron por 8 semanas probióticos. La dieta y el ejercicio fueron reportadas y controladas durante y al final de las 8 semanas, los cuestionarios auto-administrados revelan que los pacientes que recibieron suplementos probióticos tuvieron puntajes significativamente menores en el Inventario de Depresión al compararlos con aquellos que estaban en el grupo placebo.
Estos resultados son similares a un estudio previo que muestra probióticos alivian la ansiedad(Noticia en inglés).
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Exámenes de sangre tienden a mostrar un nivel menor de insulina y de resistencia a la mimsa, un incremento en la glutamina, y marcas menores de inflamación en la proteína C-reactiva concentrado en este grupo probiótico.
La proteína C-reactiva es parte de los compuestos producidos en el hígado en respuesta a la inflamación. Niveles altos pueden indicar desde una simple infección bacteriana hasta el cáncer. Esto es típico en las moléculas de nuestro cuerpo, muchas de las cuales están vinculadas con casi toda enfermedad conocida- incluyendo depresión y ansiedad- y niveles bajos de inflamación sugieren como se mencionó anteriormente una potencial longevidad en los humanos.
Yogurt y Queso para tu Cerebro
Por años, las personas han consumido queso como un asistente a la digestión posterior a las comidas, particularmente en Europa en dónde el queso tiene un lugar más predominante en la cultura local y los hábitos alimenticios. En Europa también posee muchas menos restricciones- comparado con EEUU- en cuanto a la fabricación y distribución de los productos que contienen la leche como materia prima.
Los L. casei y L. acidophilus, que pueden ser encontrados en suplementos, también pueden ser encontrados en productos crudos o no pasteurizados como queso y yogurts, o en productos pasteurizados que han sido cultivados. De hecho, los investigadores tienen como hipótesis que el queso puede ser una forma fácil, efectiva y poco costosa de ofrecer suplementos probióticos al público, ya que varios fabricantes de queso ya usan L. acidophilus y L. casei como lactic-acid para el comienzo de la producción.
En una de sus más significativas revisiones de literatura de la relación entre los probióticos y la depresión, Roumen Milev y Caroline Wallace encontró que en más de 7 estudios que buscaron establecer si los probióticos pueden ayudar a aliviar el trastorno depresivo mayor (MDD, por sus siglas en inglés), la ansiedad, mejora la cognición y el estado de ánimo, todos salvo 2 estudios coincidieron. Entre todos los 10 estudios analizados, el probiótico menos común fue L. casei.
El estudio reconoce que el incremento en las expresiones de la proteína C-reactiva, así como citoquinas inflamatorias como TNF-A, IL-1B, y IL-6, son motivos recurrentes en los síntomas de desórdenes mentales y ansiedad, y sugiere que esto se puede deber al incremento de la permeabilidad en el sistema digestivo, también conocido como “Síndrome de intestino permeable”.
Se mantiene como hipótesis que los probióticos en la comida y los suplementos mejoran las capas del estómago e intestino, reduciendo la permeabilidad y por ende la inflación, lo que se encontró en la investigación Iraní.
Todo esto sugiere que el queso y el yogurt—especialmente es cultivado como el kefir— puede tener un rol saludables en la dieta moderna.
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– Traducido al español por Aletheia Jurado