Utilizando una enzima que se encuentra en las hojas que son usadas para compostaje, los científicos están descomponiendo el plástico en una forma que logra ser reciclada en cuestión de horas.
Carbios, la compañía Francesa responsable de este descubrimiento, ya está colaborando con Pepsi y L’Oréal para lograr una producción industrial de la nueva sustancia en los próximo 5 años.
“Somos la primera empresa en traer esta tecnología al mercado,” el jefe ejecutivo encargado de Carbios, Martin Stephan, le dijo a The Guardian. “Nuestro objetivo es que estén listos y funcionando a gran escala para el 2024–2025.”
Su descubrimiento, que es descrito por la fuente como un avance significativo, se une al arsenal de soluciones ante la contaminación de plásticos que buscan controlarla, en las última década.
Así como Boyan Slat que tomó al Gran Parche de Basura del Pacífico como su objetivo, o los chicos de 4Ocean con sus brazaletes que se encargan del problema de la contaminación en los ríos, los científicos de la Universidad de Toulouse están aplicando este descubrimiento a otra parte del problema, el reciclaje del plástico.
El plástico no se recicla con tanta facilidad. Hay variedades comunes de plástico que están hechas de múltiples capas de diferentes ésteres, cada uno de ellos requiere un tipo diferente de equipo y temperatura para ser descompuesto. Y hay varios tipos diferentes de ésteres que pueden ser reciclados pero no lo son debido a que el valor del plástico reciclado en el mercado es muy bajo que no puede sostener financieramente las operaciones involucradas en el proceso.
El el artículo publicado en Nature, éstos científicos detallan como el tereftalato de polietileno (PET),el tipo de poliester de plástico más común, pierde la mayoría de su utilidad mecánica al ser calentado para el reciclaje. Por ende, crear un nuevo material es preferible, y es así como el desperdicio de PET continúa acumulándose.
Su nueva enzima logra un mínimo de 90% despolimerización en tan sólo 10 horas, lo que significa que los polímeros que son partículas largas y complejas, se convierten en monómeros, partículas pequeñas individuales, en menos de un día y de hecho, aún más asombroso, culminan siendo plástico biológico despolimerizado que puede ser reutilizado para crear cosas como botellas plásticas.
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Mientras que las botellas plásticas hechas de plástico PET reciclado obtenido de esta enzima podrían costar un 4% del monto que se necesita para hacer botellas nuevas del petróleo fresco, la infraestructura del reciclaje, incluyendo la recolección y calentamiento del plástico de las botellas plásticas antes de que la enzima sea añadida, seguirían siendo aún más costosas al final.
Sin embargo, el futuro de esta tecnología es brillante. Las co-enzimas pueden ser sintetizadas, las compañías podrían producir más infraestructura para reciclaje de bajo costo, cualquiera podría bajar el costo de producción de materia reciclada.
Carbios también ha comenzado a intervenir en el problema de las láminas plásticas que normalmente no se reciclan. En alianza con varias otras empresas Europeas bajo el nombre de Carbiolice, demostraron el año pasado pueden ser compostadas en pilas de hogar o municipales. Su objetivo es encargarse de las películas plásticas de los supermercados y las bolsas, para posteriormente encargarse de los empaques rígidos y los cubiertos plásticos desechables.
“Este logro refuerza nuestra ambición de ofrecer al mercado una solución de economía circular que sea tanto competitiva como ecológico, y que revolucionará el fin de la vida de los plásticos y textiles.”
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– Traducido al español por Aletheia Jurado