Han pasado 12 años desde que esta persona de edad salvó la vida de esta gaviota, y aún viene a visitarlo.
John Sumner y su amigo emplumado ‘Chirpy’ han desarrollado un vínculo único desde que empezaron a compartir una porción de los días fríos de la estación jugando en la playa.
Sumner conoció a Chirpy cuando éste tenía una pata rota. Por suerte para esta gaviota, Summer lo cuidó y ayudó a recobrar su salud.
“Lo vi chillar y lamentarse en agonía sobre mi cabeza y no supe que hacer”, recuerda Sumner de 80 años de edad. “Al día siguiente volvió cerca de mi nuevamente e intentó aterrizar pero chillaba del dolor. No pensé que sobreviviría, su pata estaba completamente rota”.
Para ayudar al ave, Sumner le dio galletas para perro que tenía con él para su perro Jack; una tradición que ha repetido desde entonces cuando vuelve a estas orillas arenosas.
Con ayuda de su contraparte humano, la pata de Chirpy se sanó, y aunque estaba un poco torcida, el ave puedo volver a ser él mismo, y ahora comparte una amistad especial con Sumner.
“Viene directo hacía mí, se acerca tanto. No va hacia nadie más que no sea hacia mí, así que tiene un tipo de amistad conmigo” dice Sumner. “En Marzo se marcha a hacer su viaje natural y en Septiembre vuelve después de que ha anidado”.
Chirpy, que se cree tiene 20 años, no se acerca a nadie más en la Playa de Instow en Yelland, Devon, pero el ave vuela directo a Sumner apenas llega.
“No hay muchas gaviotas de cabeza negra en la Playa de Insto. Si hay más de 20 me sorprendería”. Añadió. “ Alienta al resto a que se acerquen, pero él es el único que viene hacía mi y se queda allí y flota.
“La gente se asusta cuando les cuento, no creen que una gaviota volvería de esa manera. Te hace pensar en qué tipo de mundo estamos realmente, ¿Ellos saben más de lo que creemos que saben?”.
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– Traducido al español por Aletheia Jurado