Para hacer su falda escalonada en blanco y negro, Caitlin Kirby, de 29 años, imprimió 17 de sus cartas de rechazo (de becas, revistas académicas y conferencias) y luego las dobló en forma de abanico. Las cosió en fila, y al final creó algo que se parecía a una falda.
Ella le dijo al Lansing State Journal que la idea detrás de su original prenda surgió del deseo de normalizar el rechazo y enorgullecerse de superarlo. “Todo el proceso de revisar esas viejas cartas y hacer esa falda me recordó que tienes que aplicar a muchas cosas para tener éxito”, dijo. “Una parte natural del proceso es ser rechazado en el camino”.
La asesora de Caitlin, Julie Libarkin, profesora de Ciencias Ambientales y de la Tierra en la Universidad Estatal de Michigan, también fomenta la aceptación del fracaso en sus estudiantes.
Libarkin cree que es importante que los estudiantes adquieran el hábito de solicitar cosas y se acostumbren a la sensación de rechazo, por lo que los anima a perseguir cualquier oportunidad que se les presente. ¿Qué ocurre si un estudiante no obtiene la beca o no aceptan su investigación en una revista académica? Eso está bien ya que así aprenderá a asimilar el fracaso.
¿En cuanto a Caitlin? Sus rechazos a lo largo de los años le han llevado a grandes cosas: después de culminar su doctorado, le otorgaron la prestigiosa beca Fulbright para continuar sus investigaciones sobre agricultura urbana en Alemania.
Actualmente, es investigadora postdoctoral en la Universidad de Nebraska-Lincoln. ¿En cuanto a lo que depara el futuro? “Me estoy preparando para recibir algunas cartas más de rechazo en el camino”, bromeó Lansing State Journal. “Tal vez haga una falda más larga”.
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– Traducido al español por Aletheia Jurado