Dado que las comunidades jasídicas y judías ortodoxas fueron algunas de las primeras en sufrir los peores brotes de COVID-19, ahora están convirtiendo sus experiencias en un movimiento nacional que ya ha salvado miles de vidas.
De todos los tratamientos con COVID-19 que se están investigando actualmente en los Estados Unidos, se ha demostrado que la terapia con plasma convaleciente es particularmente prometedora, especialmente para los casos graves del virus. El tratamiento consiste en extraer plasma sanguíneo de un individuo que se ha recuperado y desarrollado una inmunidad al COVID-19, analizando la sangre para detectar el anticuerpo relacionado y luego inyectándolo en un paciente enfermo para que el anticuerpo pueda atacar al virus en su nuevo anfitrión.
Cuando el Dr. Michael Joyner comenzó a encabezar la investigación del tratamiento en la Mayo Clinic a mediados de abril, uno de los mayores obstáculos para su progreso fue obtener plasma sanguíneo de personas que ya se habían recuperado del nuevo coronavirus.
Joyner sabía que muchas comunidades judías en la ciudad de Nueva York habían sido duramente afectadas por el virus antes del cierre de la ciudad debido a cómo sus grandes familias religiosas tienden a estar más unidas, por lo que organizó una conferencia telefónica con varios de los más importantes prominentes rabinos de la ciudad y les pidieron ayuda.
Solo 36 horas después, más de 1.000 viales de plasma de personas judías que se habían recuperado del virus fueron entregados a Mayo Clinic en Minnesota. La entrega no fue sólo una asombrosa hazaña de velocidad organizada de la comunidad, también fue un éxito médico: Más del 60% de las donaciones dieron positivo para anticuerpos que demostraron ser efectivos en la lucha contra el virus.
Desde esa donación inicial, las comunidades judías de todo el país han alojado unidades de plasma para ayudar a salvar a los pacientes con COVID en riesgo.
“No hay forma de que podamos tratar a tantas personas sin ellos”, dijo el Dr. Joyner a NBC News. “Fueron la gota que colmó el vaso de muchas maneras”.
Además, sus donaciones se han enviado a centros de investigación en todo el mundo para ayudar a impulsar el desarrollo del tratamiento para un uso más generalizado.
Hasta la fecha, más de 36.000 personas estadounidenses han sido tratadas con transfusiones de plasma ricas en anticuerpos, y más de la mitad de esas donaciones de sangre provienen de personas judías.
“Debido a que COVID nos devastó tan pronto, reconocimos que teníamos la oportunidad de retribuir a la comunidad científica y a nuestros hermanos que sufren”, dijo a NBC el Dr. Israel Zyskind, un pediatra de Brooklyn y practicante judío. “No sólo nos preocupamos por nosotros mismos, nos preocupamos por todos y haremos lo que podamos”.
(MIRA la cobertura de esta noticia por NBC a continuación)
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– Traducido al español por Aletheia Jurado